Luego de esto que relato en estas líneas de manera somera, también
estuve recorriendo el hermoso lugar que todos los que fuimos a Capilla del
Monte conocemos, como así también ofreciendo mi libro, que a pesar de ser el
séptimo horóscopo consecutivo que edito y el noveno libro, nunca había ido con
el hasta allá en persona a presentarlo y venderlo, como regularmente lo hago en
Rosario, Buenos Aires y otros lugares. A esta travesía se sumó la linda de
Miriam Prieto con su “Agenda Lunar 2019”, un par de días después que se colaba
a pasar Navidad allá, yo retornaba a Rosario.
Hacía 10 años que no pisaba Capilla del Monte, desde la mítica y ya
contada por mí muchas veces “Conferencia de la Diosa”, que se celebró allí en
2009 con la presencia de Vicki Noble (creadora del hoy multiconocido Tarot
Madrepaz). Muchas cosas cambiaron.
En medio de la estadía, tuve la suerte de vender un par de ejemplares
al azar, a gente del lugar. Me fueron diciendo que no dude en ofrecerlos en
librerías, dejarlos en concesión, ya que podían encargarse ellos del tema de ir
a buscarlos una vez pasado el tiempo y mandármelos de vuelta si quedaba alguno.
Lo pensé muchas veces, lo consulte con Miriam, ya que la agenda y el horóscopo son
hermanos, Miriam hace las predicciones occidentales en mi libro desde el 2014 y
yo el diseño interior de su agenda desde que vio la luz por primera vez el año
pasado.
El paso obligado es la librería de “La Techada”. La misma, para quienes
no saben, es una calle que simpáticamente tiene techo y ahí confluyen múltiples
negocios de los más variados rubros, heladerías, resto y entre todo esto, una
librería, que en su momento (luego me dijeron que cambio de dueños/
administración) era una de las más interesantes de Córdoba, ya que por ejemplo
yo ahí he comprado cosas en su momento inconseguibles en Rosario, por ejemplo,
que es de donde vengo y a un precio muy bueno. ¿Qué mejor lugar que para poner
el “Horóscopo Chino 2019”?
Esta librería se llama NAGUAL y está ubicada en Buenos Aires 164 de
Capilla del Monte, en medio de “La Techada”. Hacia allí nos dirigimos con
Miriam, yo con mi libro y ella con su agenda, naturalmente. Entramos, había dos
o tres personas, no es muy grande, pero plagada de libros “bien”. En el
encuentro con la dueña (creo yo), en el escritorio de venta, me mira y me dice:
“Ya viniste vos”. Y si, días antes había entrado a preguntar a cuanto estaba el
Tarot Universal de Maxwell Miller, que es el que más uso y que lo tengo a punto
del estado de cambio, para no decir que esta ilegible. Esta mujer que no
entendía porque se llamaba igual que el de Waite, me pregunto la diferencia y
sentencio: “Me gusta preguntar a los que saben más que yo, porque no entiendo
nada”, detalle no menor para lo que vino después. Recorto: “No entiendo nada”.
Entonces y volviendo, le contamos con Miriam que hacía unos años, de
manera independiente, ya que nadie nos edita y estamos orgullosos de eso,
sacamos el libro de predicciones y la agenda, nuestra idea es ir ampliando el
mercado / público y como Capilla del Monte es una meca, nos pareció interesante
dejar a concesión libros y agendas para ver qué pasa. Siempre, como hacemos en
estos casos, sin compromiso.
Agarro mi libro, leyó el título y me lo devolvió, ni siquiera se molestó
en dar vuelta la contratapa y mirar la parte de atrás y ver las tapas de los
libros anteriores, nada. Me dijo: “Ya la tengo a Ludovica en la vidriera”, la
respuesta automática con Miriam al mismo tiempo fue: “¿Eh?”. “Perdón, empecemos de nuevo. Tengo todos
estos libros a concesión” (señalo una estantería X) “se me hace muy difícil
llevar el control de todo, así que no”. Fíjate vos que días antes había dicho:
“No entiendo nada”.
Acto seguido, agarro la agenda, le saco el nylon y la cara de asco que
puso al ver que era, seguramente blanco y negro y de una edición cuidada, pero
que no estaba editada ni por Sudamericana o Gaia, fue indescriptible. “Déjamelo
pensar un par de días”, sentenció. Nos fuimos, entendimos que no había que
mediar más palabras, con personas como ella, mas puntualmente con ella en
particular.
Miriam lo primero que dijo fue: “Seguro que si veníamos bien vestidos
nos pedía más ejemplares”, creo que eso retrata perfectamente el grado de
prejuicio de esta mujer en particular, que denota, de una vez por todas, todo
lo que vengo diciendo a lo largo de mi vida de los “nuevos espirituales”, que
son todos paz y amor, pero que dicen sin prurito que a los “negros” hay que
matarlos a todos.
Me sentí discriminado, nos sentimos discriminados. Nunca, corrijo,
NUNCA en los siete libros de horóscopos, más los dos aparte (que son de
astrología china, dicho sea de paso) me habían dicho una cosa así, que no me
ponían en la vidriera porque ya estaba Ludovica. Me pregunto si a Lili Süllos,
o Jimena La Torre le habrá pasado eso con Horangel, que le digan: “No flaca, no
te ponemos en la vidriera, porque ya está el Maestro” y consecuentemente por
eso no te agarraban los libros, siquiera para ponerlos en el rincón más
inmirable de la librería. Ni que hablar de una agenda, que no porque yo esté en
la producción, pero ¿quién no se compra una agenda por año ya sea de astros, de
Maitena o Tute?. Hay que ponerse en los zapatos del otro y si yo me pongo en
los zapatos de esta mujer, no lo hubiese pensado ni con estos libros ni con
otros, porque la idea es vender, tengo un negocio del que se supone que vivo, o
sea, sin ingresos estoy muerto. Conclusión: está muerta.
Ni yo ni Ludovica le dejamos más porcentaje, porque eso está regulado
por ley, más del 30% que se deje en una librería, esta considerado por la
Cámara del Libro competencia desleal, por lo cual tiene que ser reportado. A
fin de cuentas, guste a quien le guste, yo y Ludovica (perdón por nombrarla
tanto, pero no es ella, sino quien la trajo a colación) valemos lo mismo,
exactamente lo mismo.
Inmediatamente llame al INADI (Tel. 0800-999-2345), me explicaron que
tenía razón y quien me atendió, una chica más que simpática, me dijo: “Mira,
vamos a ser sinceros, si yo tengo una librería, me importa poco si vos escribís
lo mismo que Ludovica o relatos eróticos basados en la astrología china, yo
quiero vender y punto, acá lo central es que esta mujer tiene poca visión
comercial” y es cierto, se cree que esta en el Ateneo, un Ateneo que ella misma
se creó. Ni en El Ateneo me dijeron tanta burrada cuando lleve mis libros para
que los vendan en la sucursal de Rosario, al contrario, hasta celebraron tener
la posibilidad de vender aunque sean pocos ejemplares. Finalmente no pude
radicar la denuncia ahí, porque es un negocio privado y si, ella decide quien
entra y quién no, pero no hay dudas que es un acto de discriminación y
coartación de derechos, paradójico que se de en una librería dedicada a lo
espiritual y al conocimiento interior. Pase a ser uno de los negros que deben
ser matados sin mediar palabras y todo porque Ludovica está en vidriera: balazo.
Volviendo ocurrió el milagro, saliendo de “La Techada”, yendo para el
bar Kafka, en la otra esquina, ofreciendo libros, una mujer turista, muy
simpática nos compró un libro y una agenda y sin saber que había pasado escasos
minutos antes me dijo: “Que bueno tener otro punto de vista aparte del de
Ludovica”, con Miriam nos miramos y nos largamos a reír, cuando nos preguntó
porque nos reíamos tanto, le contamos lo había pasado y la mujer coincidió en
que no era una buena comerciante y dio vuelta hacia la contratapa y dijo: “Y
eso que no empezaste ayer”. Sin dudas ser espiritual no es estar en la cresta
de la ola.
Debo decir que quedan pocos ejemplares de mi libro después del viaje.
He decidido no reeditarlo como suele ser por estas épocas que pasa lo mismo y
los libros desaparecen. Ya en el epilogo del libro pienso y repienso si seguir
escribiendo los anuarios, porque el esfuerzo es mucho y quienes aparecen a
mostrar la luz como lo hizo esta señora son pocos, si aparecen, y uno, a fin de
cuentas, vive de esto, no juega como la mayoría de las personas creen.
En cuanto a la librería NAGUAL yo no les recomiendo que vayan a
comprar, una persona que no permite que las expresiones autogestiva se expresen
en un lugar como Capilla del Monte, donde hay mucho material que las grandes
editorial ni tocan, es una librería estancada, administrada por alguien que
tiene delirios de grandeza en un lugar que es más del mate y el compartir con
el otro, sin importar quién es el otro. Ni que hablar de la falsedad de quien
atiende, que es la antítesis de lo que vende y lo curioso es que si fuese
comercial, sería un poco más mercenaria.
Yo no sé en qué grado de evolución espiritual estoy, tampoco me
interesa saberlo, o sea, no es algo que me pregunto, pero cuando me encuentro
con esta clase de personas, sé que está muy lejos de este punto. Es una pena
que esa librería tenga, por culpa de la administración, fecha de vencimiento.
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