Definir mi 2020 es un poco raro y atípico para cualquiera
que lo lea. Todos los años, como que está de moda decir que el año que se va es
un mal año, sin embargo, se sobrevivo para contarlo, hoy y en este contexto no
es menor este detalle. Este año, nos dio más que una razón para enumerar que
fue ese año horrible, aumentando esas ganas de putear y mandar todo a la
mierda, diciendo, como está de moda año tras año, que el año fue el peor vivido
en la vida. Mi acto de rebeldía es en decir que la verdad que no estuvo nada
mal este 2020. Tengo que ser sincero conmigo y con quienes me rodean: no tuve
un mal año. No soy un boludo, sé que a gente no le fue bien, pero vivo desde mi
subjetividad y desde ahí hablo, soy humano. Respeto los demás puntos de vista,
pero respeto el mío antes que nada, desde ahí vivo.
Lo principal es que mis afectos primarios están conmigo, cerca a pesar de la distancia (detalle), nunca me sentí solo, a menos que así lo haya querido y necesitado. La cuarentena, a pesar de pasar 100 días sin salir, no me afectó negativamente, pude dormir, leer pendientes y releer mucho más que lo nuevo, pude hacer Feng Shui, ordenar mi espacio y mi mente, me ordené religiosamente y mi ADN volvió a su eje. Pude ver series y películas, ya he posteado sobre esto, cosa que en mi “normalidad” no hacía. Tuve dos perdidas duras y cercanas: El Robert, con el quedaron muchas cosas pendientes en este 3D y que jamás esperé que se iba a ir en este contexto, dejando muchas verdades y Julia, con que un día estábamos hablando y al otro ya no estaba, nos acompañamos esta cuarentena hasta donde pudimos. Comprendí que era su momento, ya que no fue el covid (el tema del año) el que se los llevo, entender los tiempos de cada uno fue central para sobrevivir. Conocí gente maravillosa (y otra no tanto), con la nueva propuesta virtual llegué a muchos lugares que quizás en persona no hubiese tocado, de golpe me hice internacional y mis cursos, en silencio, fueron tomados por muchas personas nuevas y maravillosas, que más allá de pensar distinto, nos acompañamos y crecimos mucho y me hicieron crecer a mí, mis alumnos y alumnas fueron sin duda lo mejor que tuve en el año, lejos. Mucho, mucho, mucho afecto y del bueno. Tuve una exposición mediática mayor de la que venía teniendo los años anteriores, con más de 150 horas de trasmisión en vivo, solo o con amigos, contando día tras día todo lo que hacíamos, en cuanto a trabajo y subjetividades, con un público que no paraba de crecer y aportar día tras día. Crecí en grupo, jamás solo. Esto es algo que no mucha gente puede decir, en pandemia o no.
Me anime a incorporar nuevos conocimientos, gran desafío al cual no muchos se animan a pesar de pasárselas haciendo cursos y capacitaciones, aunque la gente me identifique con el tarot, yo sé que tarot es lo que menos hago en mi vida y que hoy es lo que menos ocupa en mi Yo, me acerque mucho más al I CHING, haciendo mi primer libro digital con predicciones 2021 inspirada en estos estudios, un desafío que me volvió a hacer sentir miedo, que vendió muy bien y sigue vendiendo, volvieron las runas a mi vida con más fuerza que ya tenían y aprendí de manera profunda y a conciencia un tema pendiente en mi vida: la Numerología, el gran aprendizaje de cuarentena que decidí extender para el 2021, mis caminos están yendo para ese lado que me abrió un mundo hermoso e inesperado.
¿Qué viene? No sé y no me preocupa, la improvisación es una materia que aprobé hace rato y que la tengo muy incorporada. Como le dije a todos los que les mande un mensaje de agradecimiento, no predigo, deseo… Les deseo un 2021 a la medida que cada uno quiera, yo no sé cuáles son los deseos de cada uno, pero sobre todo agradezco, agradezco a los que me siguen, están, comentan y sobre todo, a pesar de las diferencias, están siempre y nos animamos a crecer en la virtualidad. Las distancias unieron y la verdad que el gran mensaje de este 2020 es que no pusieron con nosotros, no van a poder este 2021.
Lo mejor está viniendo.
@dariotarot
Lo principal es que mis afectos primarios están conmigo, cerca a pesar de la distancia (detalle), nunca me sentí solo, a menos que así lo haya querido y necesitado. La cuarentena, a pesar de pasar 100 días sin salir, no me afectó negativamente, pude dormir, leer pendientes y releer mucho más que lo nuevo, pude hacer Feng Shui, ordenar mi espacio y mi mente, me ordené religiosamente y mi ADN volvió a su eje. Pude ver series y películas, ya he posteado sobre esto, cosa que en mi “normalidad” no hacía. Tuve dos perdidas duras y cercanas: El Robert, con el quedaron muchas cosas pendientes en este 3D y que jamás esperé que se iba a ir en este contexto, dejando muchas verdades y Julia, con que un día estábamos hablando y al otro ya no estaba, nos acompañamos esta cuarentena hasta donde pudimos. Comprendí que era su momento, ya que no fue el covid (el tema del año) el que se los llevo, entender los tiempos de cada uno fue central para sobrevivir. Conocí gente maravillosa (y otra no tanto), con la nueva propuesta virtual llegué a muchos lugares que quizás en persona no hubiese tocado, de golpe me hice internacional y mis cursos, en silencio, fueron tomados por muchas personas nuevas y maravillosas, que más allá de pensar distinto, nos acompañamos y crecimos mucho y me hicieron crecer a mí, mis alumnos y alumnas fueron sin duda lo mejor que tuve en el año, lejos. Mucho, mucho, mucho afecto y del bueno. Tuve una exposición mediática mayor de la que venía teniendo los años anteriores, con más de 150 horas de trasmisión en vivo, solo o con amigos, contando día tras día todo lo que hacíamos, en cuanto a trabajo y subjetividades, con un público que no paraba de crecer y aportar día tras día. Crecí en grupo, jamás solo. Esto es algo que no mucha gente puede decir, en pandemia o no.
Me anime a incorporar nuevos conocimientos, gran desafío al cual no muchos se animan a pesar de pasárselas haciendo cursos y capacitaciones, aunque la gente me identifique con el tarot, yo sé que tarot es lo que menos hago en mi vida y que hoy es lo que menos ocupa en mi Yo, me acerque mucho más al I CHING, haciendo mi primer libro digital con predicciones 2021 inspirada en estos estudios, un desafío que me volvió a hacer sentir miedo, que vendió muy bien y sigue vendiendo, volvieron las runas a mi vida con más fuerza que ya tenían y aprendí de manera profunda y a conciencia un tema pendiente en mi vida: la Numerología, el gran aprendizaje de cuarentena que decidí extender para el 2021, mis caminos están yendo para ese lado que me abrió un mundo hermoso e inesperado.
¿Qué viene? No sé y no me preocupa, la improvisación es una materia que aprobé hace rato y que la tengo muy incorporada. Como le dije a todos los que les mande un mensaje de agradecimiento, no predigo, deseo… Les deseo un 2021 a la medida que cada uno quiera, yo no sé cuáles son los deseos de cada uno, pero sobre todo agradezco, agradezco a los que me siguen, están, comentan y sobre todo, a pesar de las diferencias, están siempre y nos animamos a crecer en la virtualidad. Las distancias unieron y la verdad que el gran mensaje de este 2020 es que no pusieron con nosotros, no van a poder este 2021.
Lo mejor está viniendo.
@dariotarot
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