Hace de un tiempo a esta parte, estuve evaluando
comprarme un nuevo mazo del Tarot Osho Zen, ya conocido por muchos, dentro y
fuera del mundo del tarot. Mi primer mazo de Osho, lo compre en el año 2007 en
un viaje, que es mejor olvidar que recordar, a Capilla del Monte (Córdoba),
donde entre la duda de comprar este hermoso mazo y el de “La presencia de los
Maestros” de Jeanne Rouland (que lo recomiendo), saque una carta de mi Madre
Paz, compañero fiel por esos días y entendí que el de Osho era el indicado. No
se equivocó, nunca se equivoca.
Desde ese momento, luego de la lectura del manual y
acomodar muchas cosas internas y externamente, empezó a acompañarme en mis
predicciones y empezó a tomar su lugar lentamente, para no irse, a pesar de
todo.
Este mazo es muy particular por su filosofía, mensajes
y puntos de vista, pero hoy, después de algo que me paso, entendí que fue uno
de los mazos que más me acompaño y que estuvo presente en muchos momentos
cruciales, ayudándome a tomar decisiones, guiando, o simplemente en el bolso,
haciendo compañía.
El mazo zen es hermoso, quien lo dibujo, Deva Padma,
sin dudas es una artista de primera línea y que tiene las influencias
simbólicas para haberlo hecho de manera impecable, pero su trabajo no termino
ahí y ella siguió con un mazo de I CHING dibujado de la misma manera y que está
hecho con recopilación de diversos cuadros alineados a los símbolos del oráculo
oriental y que al igual que este mazo de tarot en particular, según dice,
inspirado en la filosofía de Osho. Yo difiero en muchas cosas con este punto de
vista.
Osho no me gusta, no tendría porque. Reconozco que lo
empecé a leer después de comprar su mazo y cuando estaba en la cresta de la ola,
antes era un autor más que no estaba en mi horizonte de lectura, Siempre creí
que el mazo era de él, el por otro lado, ni siquiera se murió sabiendo que este
existía, o sea, es póstumo, como dije, basado en su filosofía, después de
leerlo, diría que basado en parte de su filosofía y no la central precisamente.
Creo que antes de morir si hicieron un mazo que el vio y conoció, pero que por
lo menos hasta la Argentina no ha llegado y se murió en el camino, como tantos
mazos que andan dando vuelta por las tiendas esotéricas que cada vez son más.
Por otro lado, las referencias del manual que lo
acompaña a Osho son pocas, poco claras y tomada de contados libros, netamente
de carácter oriental (chino) más que védico (indio), ya que Osho era de la
India. Todo esto no está ni bien ni mal, son datos, quiero decir, no le saca,
ni le agrega valor al mazo, su arte y, mucho menos, su uso.
En un momento, los libros de Osho ocupaban
interminable estantes de los cuales quedaron en la nada y de vender, vender y
vender, hoy hasta es un problema encontrar ciertos títulos y muchos aparecen en
remanentes porque no han llegado a ser vendidos como se esperaba, sin embargo
sus cartas, pasaron a ser tan banalizadas, que todo el mundo las conoce y son
usadas tanto por profesionales, como por curiosos que “sacan una cartita” por
día física o de manera virtual sin ser profesionales del tarot, donde en
páginas te las explican y arrancan su vida contentos.
En lo personal las he usado como tarot tradicional
para predicciones mucho tiempo, creo que después de haber estudiado Madre Paz
de Vicki Noble y haber saciado esa sed, el tarot de Osho medio perfectamente
entre esa filosofía y el mazo Crowley, mambo que devino hoy en el I CHING, como
suerte de filosofía unificadora. Me ha dado muy buenos resultados, como lo ha
hecho en su función consejera, sacando una carta en las consultas, según las
dudas que se iban teniendo (pocas veces).
Nunca sentí la presencia de Osho en esas cartas, ni de
su filosofía aun leyendo sus libros, ni mucho menos de su punto de vida de las
cosas, si sentí una presencia zen, que va más allá de él, que él las haya
trasmitido, ya es otro tema. Referencial sí, pero que sea un tarot de Osho, lo
dudo, lo pregunto y lo estudio. Creo que la creadora, y lo dice, tuvo la
experiencia espiritual más grande de su vida con Osho y claro que su obra iba a
tener esta influencia y está bien, pero convengamos que de ahí a que el mazo
sea Osho, propiamente dicho, como muchos creen, estamos en un tema que no
estaría siendo así.
Luego de haber usado mi primer mazo Osho Zen durante
12 (doce) seguidos debo confesar que está hecho polvo, literal. Estas cartas
han sobrevivido mudanzas, lluvias (un día en a lluviosa Buenos Aires se me mojo
íntegro y cuando se secó, quedo como nuevo), gente (mis consultantes suelen
mezclar las cartas a mi pedido), curso y talleres (ya que uso siempre un
sistema comparativo), presentaciones (desde 2012 a 2018 siempre hago sacar una
carta para las dedicatorias de mis libros, pero he hecho teatro y lecturas de
poesías con él), ferias (ya no, pero es el mazo ideal para estos encuentros)…
Me sorprende que todavía se le noten las imágenes, realmente era de buena
calidad. Pero entendí mucho más el mazo, después de haber comprado el I CHING
de la misma autora y zambullirme de lleno al estudio del I CHING para poder
hacer las predicciones de mis anuarios en astrología china, de hecho, en el
“Horóscopo Chino 2015” decidí hacer las predicciones por signo con el Osho Zen
y el I CHING solo lo use para las generales.
Reconecto nuevamente con un Osho en buen estado, nuevo,
cuando hace unos días, fui a un mayorista a comprar cartas para el último curso
de Tarot de este año y había una edición nacional del Osho, había volado de
caja el “Osho” del “Tarot Osho Zen” y había pasado a ser solo zen. Tarot Zen
con calcada estética. Al estar a la mitad de un original, decidí comprar uno
para ver en qué estado estaba, suelen ser muy burdos, si prolijamente podía reemplazar
al que ya tenía, porque es algo a lo que realmente le doy mucho uso, desde que atiendo
consultas de I CHING, y me llevo varias gratas sorpresas.
Una de estas sorpresas es la prolijidad con la que
está hecho, he tenido varios mazos de esta “edición nacional” y no duran ni una
consulta. Las imágenes no solo están nítidas, respetan sus detalles, y por
sobre todo, al tener otro tamaño, son más grandes, no altera los dibujos,
haciendo que estos se estiren, se corten y demás detalles como ha pasado, por
ejemplo con el tarot egipcio Fournier, cuando lo pasaron a formato redondo, o
directamente con la copia “rosa” de Madre Paz, hecho en Chile.
Otra que la calidad es muy buena, o sea, no están
laminadas, lo cual hace que se puedan usar y no se abran a la mitad, se
gastaran con el tiempo, como las cartas de chin chón, pero no abrirse y
romperse con el poco uso, como muchas veces pasan.
Una más es que a pesar de no ser el mazo “Osho Zen”
sigue teniendo la carta de “El Maestro”. Esta carta se agrega en este mazo a
los Arcanos Mayores del tarot y hace que muchos fundamentalistas del tarot, a
pesar de que el mazo respeta en su 99.9% las cuestiones clásicas del tarot, al
llevar las cartas de 78 a 79 cartas, lo catalogan como oráculo y no tarot.
Al ser una edición nacional, ilegal y completamente
casera, por así decirlo, el mayor de los detalles es no usar el nombre Osho,
que está registrado, por eso se lo llama “Tarot Zen”, aunque comparte la
estética del original, pero el lomo de las cartas tampoco tiene la firma de
Osho, que tienen las originales. Osho argentina no puede reclamar nada, pero si
la artista, que de acá a que lo haga…
Debo reconocer que las cartas sean más grandes que la
original, me gusta y mucho. Las originales que tenía, habían quedado más chicas
aun por el uso y desgaste de 12 (doce) años encima, frente a estas que están
ahí esperando para hablar.
Ahora bien… ¿Para qué sirve este mazo?
Creo que el uso más interesante, es claro, el de ser
un tarot en todos los sentidos de la palabra. De hecho, en el manual que
acompaña el mazo, que se puede bajar de Internet sin mucha búsqueda) tiene
lecturas muy interesantes y lecturas tradicionales, desde otro punto de vista.
Sumamente recomendables. De hecho, cuando el año pasado estaba haciendo videos
para mi canal de Youtube, hice la lectura anual con el mazo Osho y la lectura
llamada “La Llave” para que ayude en este 2019 y que batió record de vistas, a
comparación de mis otros videos en esa red social.
Alguien que conozco, además de encantarme, que le da
un uso interesante al mazo Osho Zen es la médium chilena Vanessa Daroch, que
además hace una interpretación muy interesante del mismo (cosa que no es poco,
porque en Internet hay “den todo”), sin necesidad de apoyarse en otra cosa, o
sea, no lo usa como “consejito”.
Nota al margen: En 2017 Vanessa Daroch (con mazo Osho en mano) le
hizo frente a Deseret Tavares cuando esta dijo que el presidente ganador iba a
ser uno y días antes del ballotage en Chile de ese año, cambio “mágicamente” su
predicción, cuando Vanessa sostuvo siempre lo mismo. Búsquese “La Hermandad” en
YouTube, amen que de que el programa es muy bueno, si se quiere mirar la
temporada completa.
Vuelvo. Mucha gente, como dije, incluso gente que sabe
de tarot y hasta trabaja profesionalmente con él, usa el mazo Osho para
“consejitos” y esto se debe a que dice el tarot según que pasa y como pasa.
También he escuchado, como conté antes, que lo hacen con la página del tarot,
sacando una carta y leyendo lo que dice de esta carta que salió en particular,
que no es más que la trascripción del manual.
También hay gente que lo usa ara su crecimiento
personal, que acá caemos en que ese es el uso que se le debe dar al tarot,
generalmente. Osho Zen puede ser muy útil para hacer, lo que ahora se le llama
tarot terapéutico o consciente, con la interpretación adecuada, claro.
En lo personal me gusta jugar a la predicción, de
hecho registro todo en el hashtag “predicción cumplida” donde trato de poner
esos aciertos, pero también presto mucha atención a los que no, porque entiendo
que no es el oráculo el problema, sino uno interpretando y el Tarot Osho me ha
dado muchas satisfacciones desde que lo tengo, en esta materia.
¿Vos para que lo usarías?
***
Texto incluido en "Horóscopo chino 2021", edición E - Book (2020).
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